Francotirador Canadiense (2024)
June 26, 2025
Francotirador Canadiense (2024): Un Disparo. Un Fantasma. El Silencio de un País.
Francotirador Canadiense (2024) ofrece una intensidad deslumbrante, fría y silenciosa: un drama bélico tenso que intercambia el espectáculo explosivo por peso psicológico y precisión moral. Inspirada libremente en operaciones encubiertas reales, la película pinta un retrato íntimo de la guerra de un hombre, no solo en el campo de batalla, sino dentro de su propia mente.
Luke Grimes interpreta al cabo Elias “Ghost” McKenna, un tirador solitario de la Fuerza de Tarea Conjunta Canadiense 2, un francotirador cuyo historial de bajas se ha convertido en leyenda y cuyo rostro solo conocen unos pocos. Tras el desastre de una importante misión de extracción en Siria, McKenna es rescatado de su aislamiento y enviado a territorio enemigo para detener a un líder miliciano rebelde que una vez le salvó la vida y ahora está usando la información canadiense en contra de sus propios soldados.
Dirigida por Denis Villeneuve, la película se centra menos en el patriotismo y más en la precisión: en el movimiento, en los diálogos, en el colapso emocional. Los paisajes desérticos son vastos, cegadores y misteriosamente silenciosos. Cada sonido, desde el viento a través de la mira telescópica hasta el clic del seguro, importa.
Grimes está excelente en el papel principal, interpretando a McKenna con una vulnerabilidad contenida y melancólica. No es un hablador. No es un héroe. Es un hombre que ha pasado demasiado tiempo en el punto de mira del mundo, olvidando lo que significa salir de él.
Tatiana Maslany aporta pasión y empatía como la Dra. Lena Moreau, una psicóloga militar que supervisa la misión de McKenna a distancia y se convierte en su último vínculo emocional. Sus escenas, principalmente a través de enlaces de voz encriptados, son el latido de la película, incluso a miles de kilómetros de distancia.
La acción es escasa, quirúrgica y sumamente efectiva. Una sola bala mata a un convoy. Un ataque con drones es abortado con un susurro. La tensión en una secuencia en la azotea, donde McKenna debe elegir entre el éxito de la misión o una muerte colateral, es casi insoportable.
Lo que distingue a Francotirador Canadiense es su silencio moral: la comprensión de que en la guerra moderna, las victorias no son limpias y los héroes no son fáciles de definir. La toma final de la película —McKenna solo en un bosque helado, con el rifle en alto, el silencio ensordecedor— es menos un final que una pregunta inquietante.
Calificación: 9.0/10 – Escalofriante, precisa y profundamente humana. Francotirador Canadiense no se trata de cuántos objetivos alcanzas. Se trata de lo que queda cuando la guerra termina, y las voces no.